jueves, 15 de enero de 2015
La aparición del gigante
Autor: Profr. Raymundo Rodríguez Rubio.
La gente que visita el panteón llamado nuevo de Cd. Juárez Durango, cuentan que cuando van a regar los árboles y llevar flores a las tumbas de sus familiares ya difuntos, en la mañana o ya tarde, dicen que no pasa nada anormal, que todo está muy tranquilo, en calma, que rezan un padre nuestro, luego recuerdan los momentos agradables de sus deudos, unos ríen, otros lloran o simplemente suspiran con nostalgia.
El problema de los familiares que visitan el camposanto es cuando se despiden del difunto, cuando ya van de salida, porque es cuando el ambiente se siente pesado, tenso y con olores muy raros, salen con poco de miedo y cuando llegan al bordo del arroyo y se detienen a mirar al panteón, se quedan mudos de la sorpresa y el terror al ver a una persona de tamaño fuera de lo normal, ya que sobresale unos 2 metros de la barda perimetral de dicho lugar y les hace señas con la mano de que se regresen, cosa que no hacen, al contrario, ya que el miedo los hace caminar muy de prisa y se alejan sumidos en silencio absoluto, dicen que es el mismito Satanás que se molesta porque van a invadir su reino de las sombras, la gente que ha tenido la mala suerte de ver al diablo en persona pero de tamaño gigante, aseguran que jamás volverán a visitar las tumbas de sus familiares si no van en compañía de otras personas.
Un matrimonio de Villa Juárez, tuvo un hijo que nació con una enfermedad llamada acromegalia, un tumor cerebral con altos niveles de la hormona del crecimiento que no deja de crecer, el niño por su pobreza no recibió atención médica, nunca salió de su casa que se localizaba en la Colonia las Poanas por la Juárez poniente, frente donde hoy se encuentra una ferretería, los papás tenían temor a la burla de la gente, decían que era un castigo de Dios porque el papá vivía amancebado con dos hermanas, los habitantes de la Villa nunca supieron de la existencia del niño gigante, éste falleció a los nueve años de edad con una estatura de dos metros con cuarenta centímetros, el día de su muerte al niño gigante no lo llevaron a templo alguno, no notificaron su muerte, no lo velaron, unos tíos y los padres lo trasladaron de noche al panteón y clandestinamente lo sepultaron, su tumba es la más grande, sobresale de todas, no tiene cruz, está abandonada a un costado del vetusto pinabete que se encuentra al fondo de dicho panteón, el día de muertos un niño (hoy señor) que sí lo conoció adorna su tumba con flores y le puso una cruz de las tantas que se encuentran tiradas y sin dueño en el panteón, los familiares se fueron de Villa Juárez Durango a otras latitudes para nunca regresar.
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muy buen trabajo
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